lunes, 25 de octubre de 2010

METAFISICA CUANTICA

viernes, 24 de septiembre de 2010

CAMARA HIPERBARICA


Introducción


En los últimos años, el desarrollo de lo que se ha denominado Oxigenoterapia Hiperbárica ( OHB ) es un hecho avalado tanto por el número de trabajos publicados ( en el MEDLINE de 1997 se superaron las 300 referencias ), como por la extensa población tratada.
Podemos considerar a la OHB como un arma terapéutica imprescindible en ciertas afecciones agudas, así como un importante coadyuvante del tratamiento convencional de otros procesos de características crónicas, contribuyendo a una más rápida resolución de los mismos.


Metodología

La oxigenoterapia hiperbárica consiste en administrar oxígeno al 100% (por mascarilla, casco o tubo endotraqueal) a un individuo al que se ha sometido a una presión ambiental superior a las 1,3 atmósferas absolutas, lo que se consigue en un recinto cerrado denominado CÁMARA HIPERBÁRICA. Mediante este procedimiento terapéutico, y en asociación con otras técnicas médico-quirúrgicas, pueden tratarse las diversas afecciones agudas y crónicas que a continuación expondremos.

Las sesiones pueden ser colectivas - varios pacientes al mismo tiempo- o individuales, dependiendo de la enfermedad y de las condiciones del paciente.

Durante la sesión, algunos pacientes pueden requerir la aplicación de técnicas de soporte vital, como ventilación asistida, bombas de perfusión, monitorización hemodinámica, etc., para lo cual se deben adaptar las técnicas de enfermería al ambiente hiperbárico.

El paciente está en todo momento acompañado por personal facultativo entrenado y cualificado para solventar cualquier eventualidad.

La Cámara Hiperbárica consta de un cilindro de acero de 2,40 m. de diámetro externo y 12 metros de longitud dividido en tres compartimientos comunicados por amplias puertas rectangulares de 180 x 90 cm.
El compartimiento colectivo permite el tratamiento a 25 pacientes sentados. El compartimiento intermedio sirve de paso entre los compartimientos de tratamiento y el exterior.
El compartimento individualizado permite la entrada de dos camillas o 6 asientos y está preparado para la asistencia con técnicas de soporte vital avanzado. En caso de emergencia la Cámara Hiperbárica puede adaptarse en escasos minutos para albergar hasta 10 camillas.

Los tres compartimentos disponen de música ambiental, tres sistemas de intercomunicación entre ellos y con el cuadro de control, aire acondicionado, sistema contraincendio por springlers que actúa en modo automático o manual con activación tanto externa como interna, y monitorización continua en tiempo real.

En todo momento se dispone de monitorización de la concentración ambiental de oxigeno en los compartimentos de tratamiento y tomas para la extracción de muestras aéreas.

En el compartimento colectivo y en el individualizado existen dos esclusas de paso de servicio que permiten el intercambio con el exterior tanto de medicinas como de equipamiento en general.

Todos los compartimentos cuentan con dos sistemas de iluminación que permiten dos niveles de intensidad que facilitan la lectura a los pacientes.

El control de la presurización durante el tratamiento se realiza desde el cuadro de mandos, manipulado por un profesional con el título de Operador de Cámara Hiperbárica, Instalaciones y Sistemas de Buceo.

Para un mejor entendimiento de los fundamentos e indicaciones de la OHB, vamos a razonar resumidamente los principios fisiológicos en que se basa.

Principios fisiológicos

1- Base fisiológica del empleo del oxigeno hiperbárico.

El oxígeno es indispensable para el normal metabolismo celular. Los tejidos corporales utilizan el oxígeno prácticamente para todos los procesos bioquímicos, produciendo como resultado final diferentes productos metabólicos.

El OXÍGENO HIPERBÁRICO u oxígeno administrado en ambiente presurizado, actúa como un auténtico fármaco, produciendo diferentes respuestas en función de las dosis y tiempos de su administración.
Los mecanismos de acción en que se basa se pueden resumir en dos aspectos principales:

a.- Relacionados con la variación de la presión ambiental.
Por la Ley de Boyle Mariotte sabemos que, a temperatura constante, al aumentar la presión sobre una masa gaseosa, ésta experimenta una reducción proporcional de su volumen. En este efecto se basa el tratamiento de aquellos accidentes en los que se origine un embolismo gaseoso que pueden aparecer con la práctica del buceo (enfermedad descompresiva, sobrepresión pulmonar) o con el empleo de maniobras diagnósticas y/o terapéuticas (manipulación de vías venosas centrales, laparoscopias diagnósticas o terapéuticas, toracoscopias, incluso artroscopias, etc.).
En el caso de la enfermedad descompresiva se trataría de burbujas de Nitrógeno; en el Síndrome de Sobrepresión Pulmonar y en los embolismos aéreos iatrógenos, la naturaleza del émbolo depende del gas problema. Pero en ambos casos al someter al paciente a un aumento controlado de la presión ambiente se consigue que el volumen del gas se reduzca de una manera inversamente proporcional al incremento de presión ( Ley de Boile Matiotte ).

b.- Relacionados con el aumento de la cantidad de oxigeno disuelto en el plasma.
Por la Ley de Henry sabemos que, a temperatura constante, cuando un gas entra en contacto con un líquido, el gas tiende a disolverse en el líquido en función de: la constante de disolución del gas en el líquido, la presión a la que se encuentren sometidos el gas y el líquido y el tiempo en que estén en contacto.
Cuando se respira oxígeno con una FIO2 de 1 en una ambiente hiperbárico se incrementa hasta en 23 veces la cantidad de oxígeno disuelto en el plasma, con lo que los tejidos hipóxicos que reciban irrigación sanguínea, aunque ésta sea escasa, pueden beneficiarse de esta fuente de oxígeno necesaria para su metabolismo, con lo que se restituyen los mecanismos de cicatrización, la neocolagenización, la neovascularización etc.
Por otro lado sabemos que ciertos antibióticos como los aminoglucósidos precisan de una tensión de oxígeno tisular superior a 40 mm de Hg para poder actuar en el foco de la infección, acción que se facilita con la OHB.


2 - Intoxicación por monóxido de carbono

El monóxido de carbono es un gas que se produce principalmente por la combustión incompleta de materiales hidrocarbonados, lo que sucede en ambientes pobres en oxígeno o en aparatos de combustión defectuosa (hornillos, calentadores, estufas o braseros sin ventilación, en los gases de escape de los motores de explosión etc.)

La hemoglobina tiene una afinidad unas 240 veces superior por el monóxido de carbono que por el oxígeno, y una vez formada la carboxihemoglobina la unión es muy estable, creando situaciones de hipóxia o de anoxia que pueden llevar al Coma y a la muerte. La vida media de la Carboxihemoglobina cuando se respira aire es de 5 horas 35 minutos y cuando se respira oxígeno al 100% disminuye a 2 horas. Sin embargo, cuando se respira oxígeno al 100 % a 3 ATA en cámara hiperbárica, la vida media de la carboxihemoglobina se reduce a 23 minutos, con lo que disminuye considerablemente el tiempo de hipóxia o de anoxia.

Esta intoxicación es una indicación urgente de tratamiento en cámara hiperbárica.


3 - Enfermedad descompresiva

Los buceadores y los trabajadores en ambientes hiperbáricos necesitan realizar, dependiendo del tiempo de permanencia en estos ambientes y de la mezcla respiratoria empleada, unas paradas de descompresión para eliminar el exceso de nitrógeno disuelto en sus tejidos.
Cuando por alguna razón no se realiza correctamente la descompresión se producen émbolos de nitrógeno (Ley de Henry) que dependiendo de la localización darán lugar a los síntomas de la enfermedad descompresiva que pueden ser desde manifestaciones cutáneas, osteomusculares, hasta patología neurológica medular o central, a veces de muy mal pronóstico.

El único tratamiento médico capaz de resolver estas enfermedades es la oxigenoterapia hiperbárica aplicando a los pacientes una serie de tablas específicas de tratamiento con el doble fin de aumentar la eliminación del nitrógeno y la oxigenación de los tejidos hipóxicos.


4 - El síndrome de sobrepresión pulmonar y aeroembolismos.

Un ascenso brusco de la profundidad de trabajo del buceador puede producir el llamado Síndrome de Sobrepresión Pulmonar que se caracteriza por la rotura del parénquima pulmonar y/o de la pleura visceral con el consiguiente neumotórax y/o neumomediastino, enfisema subcutáneo y embolismo gaseoso, que puede acompañarse de sintomatología neurológica, generalmente central.

El empleo de maniobras diagnósticas y/o terapéuticas en las que podría darse la posibilidad de un embolismo gaseoso ( manipulación de vías venosas centrales, endoscopias, etc.) son cada vez más frecuentes con lo que el riesgo de esta patología es cada vez mayor.

La OHB actúa en sus dos vertientes: al principio, al aumentar la presión se reduce el volumen del émbolo gaseoso, con lo que este progresa en el vaso sanguíneo afecto y la obstrucción de la circulación se desplaza a territorios más distales, lo que permite reducir el área de isquemia. En un segundo momento se facilita la redisolución del émbolo gaseoso por el mecanismo de retrodifusión de los gases. Y en tercer lugar se incrementa la oxigenación de los tejidos hipóxicos.

Volvemos a recordar que en estos dos casos la OHB es el tratamiento urgente de elección.


5 - Sordera súbita

La vascularización del oído interno se lleva a cabo por medio de la arteria auditiva interna, arteria que prácticamente no tiene colaterales.
El mecanismo de producción aún no está totalmente aclarado pero independientemente de que la causa sea inmunológica, vascular, infecciosa, etc., parece que es la hipóxia del órgano de corti lo que desencadena la sordera, a veces definitiva.
Existen muchos trabajos que demuestran que la OHB junto con la medicación clásica puede ser de utilidad al aumentar la oxigenación del órgano de corti por el efecto de multiplicar por 23 el oxígeno disuelto en el plasma.

La sordera súbita se considera una urgencia médica que no debe demorarse más de 5 días desde su aparición.


6 - Oclusión de la arteria central de la retina

La oclusión de la arteria central de la retina provoca la inmediata ceguera del ojo afecto. En esta situación el aporte de oxigeno a la retina se realiza a expensas de la escasa difusión del oxígeno procedente de los vasos coroideos. Es fundamental mantener el máximo aporte de oxígeno mientras dura la oclusión de la arteria central de la retina.

Es una urgencia que requiere el tratamiento en OHB antes de las 48 horas.


7 - Gangrena gaseosa e infecciones necrotizantes de partes blandas

El Clostridium perfringens, agente productor de la gangrena gaseosa es un bacilo anaerobio que produce varias exotoxinas entre las que se encuentra la alfatoxina con un importante poder hemolítico que puede llevar a una situación de hemólisis, shock séptico y de muerte, independientemente de la mionecrosis, que es otra de las características fundamentales de la enfermedad que puede desencadenar la gangrena del miembro.

El OHB a 3 ATA se ha demostrado que provoca la esporulación del Clostridium y bloquea la producción de alfatoxina, aumentando al mismo tiempo la oxigenación de los tejidos hipóxicos.

En estos casos la OHB es una medida que coadyuva a la cirugía y a la acción de los antibióticos. El protocolo de actuación requiere un tratamiento individualizado en un ambiente hiperbárico que permita la administración de ventilación mecánica y las técnicas de soporte vital avanzado típicas de una U.C.I. El primer día el paciente recibe 3 sesiones de OHB de 90 minutos a 3 ATA a intervalos de 8 horas, pasando el segundo y tercer día a dos sesiones/diarias, y posteriormente y dependiendo de la evolución se sigue con una sesión /día.


8 - Osteomielítis y osteoradionecrosis

Nos referimos a las osteomielitis refractarias que mantienen a pesar del tratamiento médico-quirúrgico correcto una persistencia de las fístulas de más de tres o cuatro meses de evolución.

Las osteoradionecrosis son lesiones que asientan en tejidos postirradiados en los que existe un serio compromiso hipóxico. Recordemos que los protocolos de radioterapia de los tumores que asientan en el suelo de la boca, lengua y cuello, son cada vez más agresivos, lo que aumenta la posibilidad de que provoquen la necrosis del hueso y tejidos adyacentes.

En ambas afecciones óseas, la OHB actúa aumentando la oxigenación de estos tejidos hipóxicos, mejorando la biodisponibilidad de los antibióticos a nivel local y acelerando el proceso de cicatrización.


9 - Injertos de difícil viabilidad y reimplantación de miembros

El OHB mejora la neovascularización al incidir en el eje hipoxia-hiperoxia que es el mecanismo más favorecedor de la neovascularización, así como en el aporte de oxígeno a estos territorios en principio comprometidos por la hipoxia.


10 - Pie diabético y retardos de cicatrización

La diabetes es una enfermedad que produce una macro y microangiopatía que desemboca en un compromiso vascular de las extremidades, generalmente, inferiores, que obliga a revascularizaciones frecuentes. Muchas veces, aunque se haya restituido de manera importante el flujo en los troncos arteriales, la persistencia de la microangiopatía diabética impide la cicatrización de las lesiones o incluso de las heridas quirúrgicas. Estas lesiones tienden a crecer y a infectarse, y a menudo acaban por complicarse, obligando a amputar la extremidad. En ocasiones, las amputaciones siguen la " teoría del salchichón" es decir, rodaja a rodaja, hasta llegar a las amputaciones supracondíleas, etc.

Otro problema importante que afecta al paciente diabético es la neuropatía diabética, en la que la alteración de las sensibilidades central y periférica se acompaña de lesiones como el mal perforante plantar, de difícil cicatrización, y que pueden llegar a complicarse con la osteomielitis de los metatarsianos.

Pues bien, en estas enfermedades, la OHB permite aumentar la oxigenación de los tejidos hipóxicos, favoreciendo la cicatrización de los mismos y, por consiguiente, mejorando el cuadro metabólico acompañante. Para prever la eficacia de este tratamiento, nos apoyamos en un método diagnóstico objetivo, como es la valoración de la " Presión Transcutánea de Oxígeno". Se realiza una medición con un electrodo de Clark colocado en los bordes de la herida; si se obtienen cifras superiores a 30 mm de Hg, se repite la medición una vez que el paciente respira oxígeno al 100% a una presión entre 2,2 y 2,5 ATA. Si tras esta segunda medición se obtienen cifras entre 500 - 900 mm de Hg., podremos comprobar que hemos aumentado significativamente la oxigenación de dicho territorio, lo que nos hace ser optimistas sobre la viabilidad del miembro afecto.

La verdad es que siendo una terapéutica muy bien tolerada y económica, las ventajas que aporta son importantes, ya que disminuyen el número de ingresos hospitalarios y reducen la morbilidad de estos pacientes.

viernes, 12 de marzo de 2010

CRIOGENIA: ¿REALIDAD O FANTASIA?



Por: Ariel Palazzesi @ martes, 10 de julio de 2007 Nota vista 25652 veces
Hay más de 700 personas que han dado su conformidad para que, una vez muertos, sus cuerpos (o cabezas) sean congelados para ser revividos en el futuro. Pero ¿es realmente viable tal procedimiento?

El conjunto de técnicas utilizadas para enfriar un material a la temperatura de ebullición del nitrógeno, unos -196 grados centígrados (77.36 grados sobre el cero absoluto) o a temperaturas aún más bajas recibe el nombre de criogenia. El uso de helio líquido en lugar de nitrógeno permite alcanzar temperaturas de solo 4,22°K (-268,93 °C). La criogenia (o criopreservación) es el conjunto de técnicas utilizadas para preservar personas (legalmente muertas) o animales para una posible reanimación, cuando la ciencia y la tecnología futura puedan remediar toda enfermedad y revertir el daño debido al proceso de criopreservación.

En los Estados Unidos ya existen compañías que se dedican a la criopreservación de cuerpos o cabezas humanas por las que han pagado sus dueños o familiares, con el objetivo de ser reanimadas en el futuro. Puede sonarte algo extraño, y de hecho lo es. Pero no es algo nuevo, de hecho, existe una leyenda urbana que dice que el mismísimo Walt Disney hizo que congelaran su cuerpo después de morir.La más conocida es Alcor Life Extension Foundation, una empresa de Scottsdale (Arizona) que investiga y practica la criogenia. El nombre “Alcor” viene de "Allopathic Cryogenic Rescue," (rescate criogénico alopático). “Alopático” es un término de la filosofía médica de sostiene que cualquier tratamiento que mejore el pronóstico de un paciente es válido. Creada como una empresa sin fines de lucro, solo acepta donaciones.

Fue fundada en 1972 por Fred y Linda Chamberlain, y en 1976 llevó a cabo su primera criopreservación humana. Actualmente, Alcor tiene unos 800 miembros que han completado los procesos financieros y legales necesarios para ser “procesados”, y más de 70 pacientes en suspensión criogenia. Alcor acepta donaciones anónimas con propósito de investigación.En realidad, la conservación de tejidos a muy bajas temperaturas es un proceso muy bien conocido y practicado, que se ha utilizado con éxito durante mucho tiempo para la conservación de muestras médicas. Lo que sostienen los defensores de la criogenia es que a esas temperaturas, cualquier actividad biológica, incluidas las reacciones bioquímicas que producirían la muerte de una célula, quedan efectivamente detenidas, lo cual es cierto.

Pero el proceso contrario, es decir, la “descongelación” y “puesta en marcha” del organismo nuevamente es un tema completamente diferente.Si bien es lógico pensar que transcurrido el tiempo suficiente (décadas o siglos) la ciencia avanzará lo suficiente como para descubrir, emular e incluso superar los procesos por los cuales algunos animales pasan largos periodos un hibernación, y que también se descubrirá la cura para el mal que aquejaba a los clientes de estas empresas antes de ser congelados, hay algunos factores negativos a tener en cuenta.En primer lugar, la manera en que se implementa en la actualidad el proceso de criogenización, es muy difícil que funcione. Esto es debido a que el cuerpo humano, constituido en su mayoría de agua, cuando se congela tiende a formar cristales de hielo, los cuales perforan las membranas de las células. Si uno descongelara uno de estos cuerpos, se encontraría frente a un problema mucho mayor que la enfermedad que tenía en el momento de la congelación: todo su cuerpo estaría compuesto por células dañadas. En segundo lugar, está el problema de la resucitación.

Efectivamente, el cuerpo congelado pertenece a un cadáver, y no a un animal que esta invernado, frio pero vivo. Posiblemente nunca sea tarea fácil traer a la vida un cerebro muerto. Como dificultad extra, por razones de economía, a muchos pacientes les han congelado solo la cabeza, por lo que necesitarán un cuerpo nuevo.Después hay que tener en cuenta el tema de la readaptación sicológica. Supongamos que te “duermes” en el siglo XX o XXI, y despiertas en el siglo XXVII. La tecnología y costumbres de esa época pueden ser totalmente incomprensibles para ti. Imagínate como se sentiría una persona de la edad media en la actualidad, con aviones, ordenadores y TV por todos lados. O teniendo que comer con cubiertos, por ejemplo. Viendo mujeres semidesnudas todo el tiempo.

Seguramente la adaptación no sería algo sencillo.Y por último, es bastante probable que no haya interés alguno en “revivir” a alguien de hace 500 años. Seguramente se plantearían problemas éticos, médicos, económicos, que harían difícil justificar el esfuerzo de devolverle la vida a alguien que podría tener poco interés para la sociedad, y solo plantearía problemas de adaptación.El querer escapar a la muerte es un deseo muy humano, y la criogenia al menos nos da una chance (pequeña) de que podamos vivir algún tiempo más en el futuro. Pero si somos totalmente realistas, el procedimiento, tal como se realiza en la actualidad difícilmente sea exitoso. Por supuesto, para el que está criosuspendido no cambian demasiado las cosas: nunca se enterará de que el experimento fracasó.

lunes, 18 de enero de 2010

La Teoría Cuántica cuestiona la naturaleza de la realidad


La descripción física del mundo basada en la idea de una realidad separable ¡falla!


En un artículo anterior, explicamos que La Teoría Cuántica es una teoría netamente probabilista. En esta entrega descubrimos que el Principio de Determinismo de la Física no es aplicable a los sistemas descritos a través de la Teoría Cuántica. Asimismo, que cuánticamente el proceso de medida afecta al estado sobre el que se mide, y además lo hace de una manera impredecible, lo que constituye uno de los problemas de interpretación más serios de la Teoría Cuántica. Finalmente descubrimos que una descripción de los fenómenos basada en la Teoría Cuántica obliga a replantear al menos una de las dos premisas que sustentan la idea de la realidad separable. Por Mario Toboso.



Una de las principales pretensiones de la Física es el estudio de la “evolución” de los estados de un sistema. Al estudiar la evolución de cualquier sistema resulta interesante la predicción de su estado en un instante futuro. Esta labor se apoya en el denominado “Principio de Determinismo”, el cual afirma que si en un instante dado son conocidas con precisión arbitrariamente grande:

1. Las posiciones y velocidades de todas las partículas del sistema, es decir, su “estado” en ese instante.

y 2. El conjunto total de influencias, tanto internas como externas, a que quedan sometidas.

Entonces es posible “determinar”, a través de las ecuaciones de movimiento, el estado del sistema en cualquier instante posterior.

Tres ejemplos

Veamos cómo funciona el Principio de Determinismo en los tres casos siguientes:

A. La evolución de los planetas en sus órbitas.
B. La evolución de las nubes y las masas de aire.
C. La evolución de los sistemas atómicos.

Los casos A y B corresponden a sistemas macroscópicos (clásicos) en cuyo estudio no resulta necesario aplicar la Teoría Cuántica. No sucede así en el caso C, como ya hemos visto en nuestro artículo anterior.

En A es posible hallar con precisión arbitrariamente grande tanto 1 como 2, de ahí los buenos resultados experimentales y predictivos de la Astronomía, que se ilustran por ejemplo en el descubrimiento de Neptuno en 1846 a partir de los cálculos teóricos realizados por Le Verrier.

En el caso B la situación es un poco más complicada, y puede llegar a determinarse 1 pero no 2, es decir, conocemos con precisión la posición y velocidad de una masa de aire en un instante dado, pero no el conjunto total de influencias a que está sometida, de ahí que en Meteorología las predicciones no sean del todo satisfactorias a medio y largo plazo. Se trata de una “limitación subjetiva”, es decir, una falta de conocimiento de los detalles experimentales por nuestra parte.

El Principio de Indeterminación de Heisenberg

En el caso C resulta imposible cumplir la condición 1 a causa del denominado Principio de Indeterminación de Heisenberg. Este Principio establece que para todo sistema cuántico existen magnitudes físicas denominadas “complementarias”. Que dos magnitudes físicas sean complementarias significa que resulta imposible determinar simultáneamente, con precisión arbitraria, sus valores sobre un mismo estado.

Si, por ejemplo, M y N son dos magnitudes complementarias, y D(M) y D(N) son las respectivas imprecisiones experimentales que se obtienen al realizar la medida de tales magnitudes, entonces la relación de indeterminación de Heisenberg establece que:

D(M) x D(N) > h

(Obsérvese el notable protagonismo de la constante de Planck, h, en este fenómeno cuántico de complementariedad).

De manera que si para un estado particular queremos precisar mucho, por ejemplo la magnitud M, haciendo D(M) más y más pequeño, a cambio, para mantener la validez de la relación anterior (y puesto que h es diferente de cero), deberá aumentar el valor de D(N), volviéndose más imprecisa la medida simultánea de la magnitud complementaria N.